La actividad celeste en Gwangju 2015 llegó a su fin y Hugo Viglietti nos cuenta desde Corea del Sur cómo se vivieron los últimos partidos en handball femenino y fútbol.
Ayer 12, nuestro seleccionado de handball jugó con su par de República Checa. Un primer tiempo tanto a tanto alentó la esperanza de un resultado favorable, pero lamentablemente el mejor estado físico del equipo europeo desniveló en el segundo tiempo finalizando el partido 31 a 17 a favor de Checa.
En nuestro equipo sobresalió la figura goleadora de Rossina González, muy bien acompañada por la Capitana Ana Benia y Florencia Lachaise. También una vez más sobresalió en defensa Sofía Ramos, una verdadera guerrera que sufrió una fuerte lesión que en primera instancia aparejó susto para todos, al ser retirada en camilla y rumbo a una ambulancia muy dolorida. Afortunadamente los exámenes posteriores no arrojaron nada grave y la pequeña gran gladiadora volvió horas más tarde a la villa con sus compañeras.
El día de hoy deparó el último encuentro de esta novel experiencia de nuestro handball. El partido se jugó en el Gurye Gymnasium Center y con jueces de Costa de Marfil, Uruguay se enfrentó a Japón. Repitiendo un desarrollo similar a los demás partidos, las chicas llevaron bien el primer tiempo, pero claudicaron físicamente en el final. Cuatro lesionadas en lo previo, mermaron las posibilidades de cambio y por ende el agotamiento de nuestras jugadoras se notó sobre el final, con un score favorable a Japón en cifras de 31 a 18. Macarena Elzaurdía y Pilar Dibarboure fueron las principales goleadoras, con una buena actuación de Rossina como pivot.
En definitiva, el plantel de handball femenino culminó su primera experiencia en una Universiada, cumpliendo el objetivo de crecer y buscar superarse. Encomiable el esfuerzo de todas las jugadoras que pese a tanteadores adversos, en ningún momento bajaron los brazos. Pusieron toda la energía y nunca mejor dicho, dejaron la piel en la cancha. El rumbo está trazado.
En horas de la tarde, tocó el turno a nuestro seleccionado de fútbol, que de rojo y con juez japonés enfrentaba a Francia. Rolando Piuma, el experimentado y eficiente delegado que integró la delegación justamente como representante de los delegados de los clubes de la Liga y que trabajó a destajo facilitando la tarea de los deportistas, entregó el formulario de Uruguay con la siguiente alineación: Juan Pablo Marsicano; Gastón Suárez, Fabián Guerrero, Rodrigo Espinosa y Guillermo Garella; Nicolás Da Costa, Federico Púa, Rodrigo Turnes, Ignacio Christophersen, Martín Monroy e Ignacio D’Ávila.
Francia con su tradicional camiseta azul mostró de entrada el clásico esquema europeo de presión en la marca y velocidad en ataque. Uruguay demostró también desde el comienzo, que el partido anterior había sido superado y se plantó de igual a igual con su rival. Los últimos tres días llovió de manera casi continua en Gwangju, incluso con vientos fuertes cercanos a la categoría de tifón. La cancha estaba en condiciones difíciles y a los jugadores les costaba afirmarse en el campo. Los primeros 15 minutos se jugaron con mucha intensidad pero sin peligro para los arqueros.
El minuto 16 nos trajo una gran alegría. Federico Púa que ya mandaba en el medio campo junto al Pollo Da Costa, colocó un muy buen pase para Rodrigo Turnes quien se fue de su marcador por punta derecha. Con cabeza levantada Rodrigo puso un medido pase para la entrada de Martín Monroy y éste con una paloma espectacular tirándose hacia adelante, conectó un formidable golpe de cabeza que se coló junto al palo derecho del arquero francés. Gol de muy buena factura y Uruguay se ponía arriba 1 a 0.
Los minutos siguientes mostraron el mejor momento Celeste. Francia acusando el gol se mostraba imprecisa y desbordada. Una gran jugada entre Manteca Monroy y Nacho Dávila y otra excelente combinación un par de minutos más tarde entre Púa y Christophersen, estuvieron a punto de culminar en gol. A los 30’ Uruguay con pleno dominio del juego, elabora una magnífica jugada a varios toques por todo el frente de ataque, Turnes cambió el ritmo, colocó en vertical para Dávila, éste puso en carrera a Monroy que con su velocidad desbordó y colocó para Chistophersen quien entrando al área encaró al golero francés y lo venció con un fuerte disparo rastrero a su derecha. Un golazo tan bonito como festejado que hacía justicia con los merecimientos uruguayos.
Sobre los 35’ se produce la primera y única jugada de Francia con peligro en el primer tiempo, ante un tiro de distancia de un delantero azul que se fue apenas desviado. Eso animó a los “Bleus” quienes en los minutos siguientes emparejaron el partido y llegaron otra vez con peligro en una jugada que que fue solventada por una fenomenal atajada de Juan Pablo Marsicano en combinación con el palo. Al respecto es oportuno señalar que en esa acción Juan Pablo sufriría la rotura del tendón extensor del dedo mayor de su mano izquierda que luego debió ser entablillado, pese a lo cual jugó todo el segundo tiempo haciendo caso omiso del dolor y su problema. Un ejemplo más del coraje con que encaró Uruguay este partido.
Para el segundo tiempo Francia salió con todas sus fuerzas a buscar descontar y Uruguay sufrió el asedio los primeros minutos, afirmándose una línea de tres que despejaban todo lo que aparecía por el área, con Guerrero y Espinosa junto a Diego Bonaudi que había ingresado para disputar el segundo tiempo. Sobre el minuto 60 Uruguay logra colocar el primer contragolpe peligroso con Fefo lanzando a Monroy, pero éste demasiado solo no pudo culminar. En el minuto 62 Francia con una buena jugada estuvo a punto de convertir pero Fabián despejó casi en la línea. Hasta que en el minuto 66 un fortísimo remate de un delantero azul puso el temido 2 a 1 en el marcador.
Francia se venía y Uruguay se replegaba. El DT intentó revitalizar el equipo con más cambios, Telesca primero y Sasiaín luego, pero no hubo caso. Uruguay pasó a sufrir. Fabián se agigantó en el área rechazando con gran personalidad por arriba y por abajo. Todo el equipo corría y respondía de manera fantástica dando todo de sí. A los 86 minutos una formidable atajada de Juan Pablo, a puro reflejo evitó el empate. Minutos más tarde el Capitán que fue de los mejores jugadores del campo, se tira con el alma por una pelota y con su cara evita el empate seguro de Francia. El Juez dio 5 minutos de alargue y en el minuto 94 Francia pone otra pelota junto al palo… del lado de afuera… Y el tiempo no dio para más. Gran triunfo uruguayo por 2 a 1 ante un rival de jerarquía que seguramente se fue del estadio sorprendido por la manera como Uruguay había jugado, tal como si fuera una final.
Se cierra así mañana la XXVIII Universiada en Gwangju, Corea del Sur. Durante casi dos semanas, más de 12.000 atletas de 146 países compitieron en 21 deportes. Desde delegaciones multitudinarias como las del local Corea y Rusia, con cerca de 1.000 atletas, hasta delegaciones pequeñas y casi simbólicas como Haití con un único atleta, compartieron una fascinante experiencia deportiva. El medallero fue dominado por los equipos asiáticos ubicándose tres países de la región entre los cuatro primeros. Corea con 48 oros fue el más laureado, Rusia obtuvo 113 medallas, Japón 81, y China 67. El primer americano fue EE.UU. que con 51 medallas se posiciona hasta el momento en 5° lugar. De la región, Brasil que concurrió con la delegación más numerosa (307 personas) obtuvo 8 medallas. También Argentina, Colombia y Chile, concurrieron con delegaciones grandes de más de 100 integrantes, habiendo obtenido hasta la fecha Argentina una medalla de bronce.
Uruguay concurrió a esta Universiada con una histórica delegación de 52 personas. Al clásico representativo de fútbol, por primera vez se integró un deporte colectivo femenino y también nadadores de ambos sexos y un juez de fútbol internacional. La experiencia resultó enriquecedora y motivante para los atletas. Más allá de la brecha existente en la mayoría de los deportes, resulta claro que la competencia internacional es fundamental para el crecimiento de los deportistas y constituye un incentivo para su superación. Los nadadores uruguayos, dos de ellos muy jóvenes, marcaron tiempos que los ubicaron en posiciones intermedias en sus pruebas y permiten pensar en mejorar marcas en el futuro. El handball en su primera participación fue de menos a más, jugando sus últimos partidos con primeros tiempos prácticamente de igual a igual a sus rivales, lo que alienta también una buena perspectiva. El fútbol, nuestro tradicional deporte, se ubicó 7° en 16 y al estar entre los 8 primeros, ya clasificó automáticamente para la próxima Universiada que se realizará en Taipei en el 2017.
Culminada nuestra participación, mañana este grupo humano color celeste se reparte por el mundo. Algunos retornan por obligaciones laborales de forma inmediata. Otros, con el empuje de la juventud y la oportunidad de estar en una latitud a la que difícilmente se retorne, se tomarán unos días de vacaciones para visitar países de la zona (justo y merecido por todas las rifas vendidas y los aportes individuales que debieron hacer para poder venir a esta competencia). Para todos queda la íntima sensación de haber vivido una increíble experiencia de vida.
En esta última entrega la Liga Universitaria de Deportes desea explicitar su agradecimiento a quienes nos han ayudado para viabilizar esta aventura: el Ministerio de Turismo y Deportes, la Asociación Uruguaya de Fútbol, la Federación Uruguaya de Natación y UMBRO equipando a la delegación, más nuestros tradicionales sponsors. Institucionalmente a nuestra querida y centenaria Liga le queda una vez más un doble orgullo. Por un lado haber representado al país con una delegación que comprendiendo los valores genuinos del deporte, nuevamente estuvo en los primeros lugares de fair play en cada disciplina deportiva y con un comportamiento de excelente conducta fuera de las canchas. Por otro lado, la satisfacción de haber posibilitado que un grupo de jóvenes compatriotas haya vivido una maravillosa experiencia en este increíble mundo del deporte de alta competencia, que como varios de ellos decían con ojos húmedos en momentos de contenido emotivo, será inolvidable en sus vidas.