Nacional Universitario tuvo un año para el recuerdo. Ignacio Veiga, entrenador del plantel de Mayores y Juveniles tuvo mucho que ver en todo esto y nos contó cómo se vive este momento.
Ignacio Veiga entró en la rica historia de Nacional Universitario luego de cortar una racha de 11 años sin títulos en Mayores. El equipo tricolor se consagró campeón de la Divisional “A” tras aquel campeonato logrado en 2003.
Además, Veiga consiguió algo que no muchos pueden lograr: ser campeón como jugador y luego como entrenador. El técnico de Nacional habló con la web de la Liga y contó las claves de un equipo que tuvo la mezcla perfecta de experiencia y juventud.
¿Cómo se puede describir este momento tras lograr el título en Mayores?
Llega en un momento espectacular porque le da confianza a una generación joven para seguir en este camino y los más veteranos que quedaron tuvieron la posibilidad de reencontrarse con los triunfos.
Lucharon mucho por llegar al título después de 2003, ¿se sacaron una mochila a pesar de ser el más laureado de la Liga?
Nosotros teníamos claro que para sacarnos esa mochila teníamos que tener paciencia y seguir año a año mejorando con el objetivo de pelear siempre arriba, y estábamos seguro que de esa manera en algún momento iba a llegar. Por suerte ya se dio este año.
¿Qué tuvo el equipo para ser el mejor de la temporada?
Constancia. Fue un año muy largo y el equipo estuvo siempre, no aflojaron nunca y así se llegó bien al remate del año. Para lograr eso fue clave la incidencia que tuvo el preparador físico Juan Brito.
¿Cómo viste esta temporada de la Liga?
La vi muy competitiva como de costumbre, cada año más, aunque se perdió esa competencia con la seguidilla de suspensiones que hubo. Pero cuando se retomó volvió y se terminó con partidos de buen nivel.
¿Qué siente ser parte de un título en Mayores más allá de que estás acostumbrado a ser campeón como DT en juveniles?
Es algo inexplicable. Es muy fuerte ver chiquilines que llegaron al club con 16 y 18 años (hace 5 años) dando la vuelta olímpica con Mayores. Es un momento único.
Lograste algo que no todos pueden alcanzar que es ser campeón como jugador y también como entrenador. ¿Qué nos podés decir acerca de esto?
Nacional Universitario es mi lugar, lo disfruté como jugador (jugué de 1991 a 2001) pude estar en 6 títulos conseguidos en esos años y ahora vivirlo como entrenador es más disfrutable todavía. Es muy especial.
Siguen los festejos y luego se vendrá un descanso. ¿Cómo piensan encarar el 2015?
Ahora a descansar y a disfrutar con la familia, Mariana mi esposa y mis hijos Santiago y Juan Martín, que siempre están. Y después a arrancar el 2015 con mucha energía porque ahora viene otro desafío: mantenerse.