El domingo no fue un día más y la vuelta de la actividad dejó muchas cosas, por eso acá te contamos cinco historias de los protagonistas.
La Liga Universitaria de Deportes tuvo este domingo el comienzo del torneo de fútbol y las expectativas eran enormes ya que el inicio se había postergado debido a la pandemia de coronavirus.
Con un estricto protocolo sanitario que las autoridades de la Liga exhortan a cumplir, los equipos salieron a la cancha y este domingo la pelota empezó a rodar en las categorías Sub 16, Sub 18 y Mayores.
Luego de una jornada cargada de emociones, conversamos con algunos protagonistas y a continuación compartimos cinco historias del regreso del fútbol universitario.
Un estreno que tuvo que esperar siete meses
Felipe Fernández es un histórico jugador de la Liga Universitaria. Supo defender a la selección uruguaya en las Universíadas y hoy custodia el arco de Playa Honda.
En un viaje que hizo a Estados Unidos a fines de 2019 recorrió muchísimas tiendas buscando una camiseta especial: la del brasileño Allison Becker. “Me encanta atajar de negro y quería esa camiseta. Soy Allison con panza hoy (risas). Pero estaba como loco por estrenarla y tuve que esperar siete meses estrenarla”, contó.
Esta historia se remonta a fines del año pasado y recién este domingo tuvo su final feliz. “En diciembre viajé a Estados Unidos y me recorrí todas las tiendas posibles porque Liverpool cambia de marca, pero esa New Balance que es americana dije acá tengo que jugar y cobrar. Pero ahora van a ser Adidas y entonces estuve hasta el último día, en el último paseo buscándola. Ahí encontré una tienda de fútbol y la vi. Quería de la Allison porque me gusta mucho atajar de negro, pero la tuve guardada en un ropero siete meses porque aparte no la usé para nada. Ni para un fútbol 5, ni para el fútbol playa. Era una remera que la compré para jugar en la Liga y la pude sacar siete meses después”, recordó.
La camiseta de Felipe Fernández tras la primera batalla de la temporada.
En cuanto a lo que fue el regreso de la actividad oficial con el comienzo del torneo de fútbol, Felipe expresó que “había muchas ganas de volver a jugar un domingo de mañana y más en nosotros en Playa Honda que para este año tenemos un recambio grande en el grupo y sentíamos la necesidad de ponernos a competir cuanto antes. Se hicieron largos esos meses entrenando por Zoom, después de a poquito volviendo al cantero de Concepción del Uruguay que es donde entrenamos siempre, pero había ganas de estar todos iguales, de vernos vestidos de Playa Honda y competir”.
“A nosotros nos tocó en el fixture empezar con el partido que habíamos terminado la temporada pasada: contra Tenis El Pinar. Es un partido durísimo porque son dos equipos que aspiran a pelear siempre arriba y ya era como una motivación más para empezar con todo porque no hay tiempo para acomodarse”, agregó el golero del “Playa” tras el empate sin goles con Tenis El Pinar en la Divisional “A”.
Por último, Felipe Fernández contó que “había mucha gente con el debido cuidado, con el tapaboca puesto observando el partido y se notó que había ganas de jugar. El partido salió preciosos y muy intenso. Parece raro, pero estamos en pleno julio y parece que fuera mayo que es cuando arrancamos, pero el campeonato este año está buenísimo porque no te va a dar mucho margen de error, entonces hay que acomodarse lo más rápido posible a la realidad. Más allá de eso, estamos todos muy contentos de poder volver a jugar en la Liga, de volver al fútbol y que la liga amateur más importante del país haya vuelto a la actividad habla de que se hicieron las cosas muy bien, que se tuvo el debido recaudo para que pudiéramos estar todos jugando de nuevo que es lo que más queremos”.
Playa Honda y Tenis El Pinar igualaron sin goles en la primera fecha.
La ansiedad por el regreso a las canchas
Salesianos de Las Piedras fue otro de los equipos que comenzó con el pie derecho la temporada luego de golear 4-1 a Universitario Veronés en la primera jornada de la Divisional “C”.
Juan Pablo Romero, referente del equipo de Las Piedras, contó que “obviamente que se notaba una ansiedad hasta desmedida por el volver a jugar al fútbol y regresar a la actividad. La alegría era enorme por jugar entre amigos y en la Liga. Se notó en Salesianos, pero también en nuestros rivales de Universitario Veronés como en las redes sociales. Creo que hubo mucha motivación y el hecho de que se vuelta a jugar, que tengamos el campeonato y que sea de menos fechas genera también una motivación extra porque al ser de 15 fechas, cada partido es sumamente importante y no podés regalar nada”.
Por otra parte, Juan Pablo remarcó que “lo del juego termina siendo circunstancial, pero lo que más valoro es el hecho de poder volver a jugar, que se pueda jugar un campeonato atípico dentro de un año especial para el país y para el mundo. Respecto a nuestro partido, para nosotros fue redondito porque empezamos ganando 4-1 contra Universitario Vernoés que siempre es un rival complicado. Por eso también estamos muy contentos”.
Juan Pablo Romero, golero de Salesianos de Las Piedras.
Olvidate de compartir el mate
Wolframio arrancó con el pie derecho la temporada 2020 con una goleada 5-0 frente a Seminario en la Divisional “C” y Mateo Vázquez no ocultó la alegría de volver a reencontrarse con sus amigos dentro de la cancha y de manera oficial.
“Algo que se notaba era la ansiedad de volver a jugar. Se veía desde la lista de jugadores en la que había un montón de gente anotada, desde los mensajes de la noche anterior con mucha motivación, algo que por ahí en otros partidos no pasa tanto. Otra cosa fue que desde las 6 y media de la mañana del domingo se empezaron a mandar mensajes, a las 7:00 estábamos todos en la estación donde nos juntamos siempre y salvo uno que se durmió, a las 8:00 ya estábamos en la cancha, algo que pocas veces pasa también porque casi siempre llegamos sobre la hora”, contó el jugador de Wolframio.
Respecto al partido frente a Seminario, Mateo remarcó que “hicimos tremendo partido. Entrenamos muy bien, pero pensé que podría haber sido peor en cuanto a lo físico, pero no. El equipo estuvo súper convencido y anduvo bien. En el primer tiempo quedamos con 10 y en el segundo con 9, pero metieron pata como loco los gurises porque saliendo de una cuarentena capaz nos jugaba en contra jugar con menos gente, pero fue al revés y sacamos un partidazo”.
Por otra parte, Mateo contó que “se jugó muy tranqui y con mucha buena onda por parte de todo el mundo: los rivales y los árbitros también porque todos estábamos con ganas de volver. Incluso en el segundo tiempo desde el banco de suplentes le protestamos un par de jugadas al juez, vino y nos dijo ‘muchachos no da’ y tenía razón. Nos callamos enseguida todos”.
Pero no todo es color de rosa en el regreso de la actividad oficial. Cada uno debe llevarse el agua y por supuesto, el mate: “Esa del mate era típica de compartirlo yendo a jugar o en la cancha mismo. Ahora no hay chance. Nadie ofrece porque no corre. Olvidate de compartirlo. Y lo mismo pasa con el agua. Nos llevamos cada uno nuestra botella, pero también un compañero se la jugó y trajo dos bidones con 15-20 vasos que estuvo notable. Eso es lo raro porque hasta que no te enfrentás a esa situación, no te das cuenta”.
La bandera de Wolframio que siempre dice presente en cada partido del equipo.
Jugar sin saludarse
Club Richard Anderson Universitario, más conocido como el CRAU, igualó sin goles con Deportivo Chozón en el inicio del torneo de fútbol de la Divisional “D” de la Liga Universitaria.
“La expectativa era altísima porque nunca estuvimos tanto tiempo sin jugar, ni siquiera en el receso del verano cuando cortamos a fin de año. Nunca estás tanto tiempo parado y por eso la expectativa y las ganas de jugar eran enormes”, contó Alan Vaccaro, jugador del CRAU.
El capitán del equipo agregó que “el regreso fue muy lindo. Ya levantarse temprano, llegar y ver el partido anterior que está por terminar, la previa de tu partido con el calentamiento y todos vestidos con la ropa del club, ya es distinto con relación a los amistosos que habíamos hecho antes. Te cambia la cosa. Lo raro es que no hay saludo. Era algo que se había vuelto una costumbre, que se había instalado para bien, pero sabemos que hoy no es posible. Cuesta acostumbrarse a eso y también a que cada uno tenga su botella de agua”.
“Tenemos falta de competencia oficial porque no s lo mismo jugar por los puntos que un amistoso. Nosotros hicimos una buena preparación y llegamos bien. Capaz en detalles te das cuenta que nos falta más poder de decisión en determinadas situaciones, pero siempre desde lo futbolístico porque en lo físico respondimos muy bien porque la preparación fue muy buena. Lo otro es fútbol y el ritmo lo vas agarrando con el paso de los partidos oficiales”, agregó.
Por último, Alan no ocultó la alegría de volver y cerró diciendo que “se disfruta mucho volver a jugar y ver a la gente que siempre acompaña ahora respetando el protocolo sanitario. Más allá del resultado, siempre es lindo jugar con amigos y que tu gente te acompañe en la cancha. Fue muy bueno volver a verlos un domingo de mañana”.
La familia del CRAU tras la primera fecha del torneo de fútbol universitario.
La emoción y el cosquilleo del domingo de mañana
Juan Aldecoa es jugador de La Cueva del Lobizón, uno de los tantos grupos de amigos que tienen su equipo en la Liga Universitaria de Deportes y que este domingo arrancó con el pie derecho la temporada venciendo a Argos por 3 a 1 en la Divisional “F”.
“La vuelta de la Liga fue emotiva porque se notaba mucha alegría, no solo en nosotros sino también en los partidos que se estaban jugando en el complejo. En las otras canchas estaba esa alegría y en los jueces también. No es novedad la buena onda, pero el domingo se vivió de manera diferente por parte de todos”, contó.
El jugador de La Cueva del Lobizón expresó que “hacía mucho que no estábamos tanto sin jugar y en esta ocasión fue diferente porque no entrenamos durante varios meses, por eso fue un momento muy lindo volver a sentir esos nervios de la mañana, ese cosquilleo por volver a encontrarte con tus amigos y jugar. Se pasa muy bien adentro de la cancha y si puede ser ganando mejor, y sino también porque a la larga, lo que queda es el grupo”.
Respecto al nivel, Juan contó que “no noté demasiados cambios. Veremos si en el transcurso del campeonato se da que merma el nivel o si hay lesiones que tal vez en otros momentos no se da, pero noté todo muy parejo, por lo menos en el partido que me tocó jugar y también en lo poco que vi en otras canchas”.
La Cueva del Lobizón, el grupo de amigos que ya es una familia, tras el primer partido.