Mauricio González, campeón del mundo con la selección UdelaR en China, está representando a la Liga Universitaria de Deportes en la Academia de Líderes Voluntarios.
La tercera edición de la Academia de Líderes Voluntarios que desarrolla la Federación del Deporte Universitario Argentino (FeDUA) en conjunto con FISU América se está desarrollando en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires ubicada en Tandil y en esta oportunidad tiene un condimento especial ya que por primera vez hay participantes extranjeros y entre ellos, un uruguayo.
Mauricio Gonzáez (23 años), llegó el miércoles desde China tras ser campeón de la Copa del Mundo FISU con la selección uruguaya que representada por la Universidad de la República se quedó con el título y a los pocos días viajó a Argentina para formar parte de esta magnífica experiencia.
La Academia de Líderes Voluntarios tiene como objetivo generar un grupo de estudiantes que puedan participar y liderar eventos del deporte universitario en el continente así como del movimiento olímpico o instituciones educativas con las que los distintos países de la región interactúan.
Para esta edición, Mauricio González recibió la invitación de la Liga Universitaria de Deportes y se sumó a los representantes de Chile, Venezuela y Puerto Rico que están participando de este evento que culminará el jueves 12 de diciembre.
El llamado
“Fue todo de golpe. Recibí la invitación de la Liga Universitaria de Deportes después de lo que había sido la increíble participación de Uruguay en la Copa del Mundo FISU y me dijeron que estaba bueno que yo viajara a Tandil para contar esa experiencia y aprender otras cosas en esta Academia. El objetivo es llevarme algo de acá para intentar aplicar cosas en Uruguay y no tanto desde la Academia de Voluntariado sino más que nada en la organización. En Argentina la FeDUA es la federación del deporte universitario, lo que vendría a ser la Liga en Uruguay o Bienestar en la Universidad de la República. Con estas experiencias nos llevamos aprendizaje para por qué no en el día de mañana unir de alguna manera nuestras instituciones y ver qué pasa en el futuro”, contó Mauricio González, quien a sus 23 años cursa quinto año de Facultad de Medicina luego de haber hecho los cuatro primeros viajando a diario desde Puntas de Valdez (San José) a Montevideo y jugando al fútbol en Juventud Unida de San José.
“La idea es que otras tres personas que ya participaron en congresos de estos pero en otros países también se sumen a aportar sus experiencias y después juntarnos entre todos para tratar de incursionar en cosas nuevas”, agregó.
“Yo creo que se pueden hacer cosas muy buenas sobre todo en el interior, empezando por UTEC, sumando a la zona de Salto y Paysandú. Uruguay tiene que aprovechar a la Liga que es una institución que tiene más de 100 años de historia y que desde el exterior está muy bien vista por FISU. A eso hay que sumarle todo lo que mueve la Universidad de la República y otras universidades para seguir fomentando la actividad deportiva a nivel nacional”, dijo Mauricio.
El Mundial en China
La selección uruguaya que representada por la Universidad de la República compitió en la primera Copa del Mundo organizada por la Federación Internacional del Deporte Universitario (FISU), se quedó con el título de campeón de forma invicta y Mauricio fue uno de los integrantes del plantel celeste en Jinjiang.
“Es muy difícil explicarlo porque es complicado resumir en pocas palabras esos 20 días porque desde el primer minuto todo fue nuevo. Para empezar yo nunca me había subido a un avión y desde ahí en adelante sumé experiencias que me van a quedar guardadas para siempre. Después cerrar todo consagrándonos campeones fue más increíble todavía. De verdad fueron 20 días espectaculares en lo personal y por supuesto en lo grupal. Haber participado en este Mundial me cambió la vida, la forma de ver las cosas, de relacionarte con gente de otros países, de otras culturas y con otras costumbres porque es algo que va más allá del fútbol, sin dejar de lado que fuimos profesionales por 20 días y eso no te lo saca nadie. Desde la organización, el ómnibus para ir a entrenar y jugar, la gente, todo fue espectacular”, expresó Mauricio agregando que “una de las cosas que más me llamó la atención yendo en ómnibus a entrenar o jugar era que estaba toda la cartelería del torneo en la ciudad, desde edificios, paradas de buses, calles. Toda la ciudad empapelada con el torneo. Además, el día que fuimos a la ceremonia inaugural en ese estadio que era una locura, todos quedamos de boca abierta, pero nos dijimos en ese momento ‘bueno, para volver a pisar este estadio hay que llegar a la final. No hay otra’. Y pasaron 10 días y ahí estábamos prontos para ir a jugar la final. Fue algo impensado”.
La historia
A Mauricio González siempre le gustó y mucho el fútbol. Hizo baby fútbol, jugó en un club de San José y también en selecciones departamentales, pero sabía que su futuro estaba en la Universidad. Quería formarse.
“Yo de Puntas de Valdez cursaba la facultad y jugaba en Juventud Unida de San José. Siempre viajaba desde casa a la facultad, luego iba a entrenar a Libertad y despúes de noche regresaba a Puntas de Valdez. Así fueron los primeros cuatro años de la carrera”, contó el jugador que recordó “llegué a jugar la Copa El País tres veces, anduve por todo el país, pero nada comparado a jugar una Copa del Mundo universitaria”.
Pero en 2019 todo cambió. “En quinto de Facultad, este año, tomé la decisión de dejar de jugar allá y en ese momento me dio mucha lástima por la gente del club y los amigos que venían jugando conmigo durante tantos años, pero me mudé a Montevideo y arranqué a jugar el Interfacultades con Medicina y en agosto llegó un llamado que me cambió la vida”.
Esa llamada era del cuerpo técnico de la selección universitaria que se empezaba a aprontar para la Copa del Mundo de Jinjiang.
“Si bien la base era la selección que había ido a Nápoles, al entrar la Universidad de la República porque FISU lo pedía así los entrenadores empezaron a ver el torneo Interfacultades y ahí tiene mucho que ver Gustavo, el profe, que era como el veedor de este campeonato para después pasarle la info a Alejandro. En agosto nos sumamos 30 jugadores al proceso y después quedé entre los 18. No lo podía creer”.
Lo que vino después es historia conocida, pero antes pasaron algunas cosas en la vida de Mauricio. “Yo cuando tenía 18 años tuve la oportunidad de ir a probarme a Montevideo con un representante. No quedé, pero el empresario me dijo que siguiera yendo que se iba a dar alguna chance. Pero le dije que muchas grcias, que ya había tomado una decisión y era empezar Medicina. No me gustó mucho el ambiente del fútbol profesional. Uno de chico siempre sueña con ser campeón del mundo, jugar, defender a Uruguay, pero siendo profesional. Jamás me imaginé que siendo estudiante de Medicina iba a tener la oportunidad de representar a Uruguay y ser campeón del mundo, pero es también una enseñanza porque capaz muchos no llegan a ser profesionales pero estudianto pueden tener una oportunidad de este tipo que te cambia la vida como me la cambió a mí y a mis compañeros de equipo”.
El regreso a casa
El miércoles 4 de diciembre la selección uruguaya llegó al Aeropuerto de Carrasco y tuvo un gran recibimiento por parte de familiares y amigos, pero más tarde, Mauricio González regresó a Puntas de Valdez y vivió una jornada especial: “En mi pueblo no sé si llegamos a 2.000 habitantes y cuando pasa algo así todo el mundo se entera y también la familia se encarga de llevar con orgullo las noticias. Cuando llegamos después del aeropuerto me fui al pueblo y en la escuela había una o dos clases esperándome y en una de ellas estaba un primo mío. Con la bandera, la medalla, nos sacamos fotos y eso para mí ya era demasiado, pero para los más chicos es como una alegría y eso te deja como mensaje que estudiando podés tener estas oportunidades que te cambian la vida”.
Mauricio junto a jóvenes de Argentina, El Salvador, Costa Rica y Chile.