La Celeste volvió a empatar en el torneo de fútbol de las Universíadas de Gwangju y Hugo Viglietti nos acerca la experiencia de cómo se vivió el partido desde el lugar de los hechos.
Por la tarde nos trasladamos al Yeonggwang Sportium Football Stadium donde nuestra selección enfrentaría a Rusia. El DT dispuso un cambio en la alineación que jugó contra Irlanda, regresando a la titularidad, luego de su recuperación Federico Púa. Uruguay formó con Juan Pablo Marsicano en el arco; Gastón Suárez, Fabián Guerrero, Rodrigo Espinosa y Guillermo Garella en la zaga; Nicolás Da Costa, Ignacio Christophersen, Federico Púa e Ignacio D’Ávila en línea de cuatro central y Martín Oyenard y Martín Monroy como hombres de punta. El día antes, una tenaz gestión del ayudante técnico Nelson Carnales permitió obtener el video del encuentro Rusia China, con lo cual el Cuerpo Técnico estudió y extrajo conclusiones de cara al partido, que fueron compartidas con los jugadores al mirar juntos luego dicho video.
Terna coreana con indumentaria amarilla, Uruguay con la más linda del mundo al decir de RR, vestido de celeste y Rusia con una curiosa camiseta de alternativa de color blanco y tonos de azul.
El partido comenzó con Rusia más activo. Sus veloces jugadores presionaban desde tres cuartos de cancha, el Juez se mostraba proclive a dejar jugar fuerte y a Uruguay se le hacía difícil salir con pelota dominada. Sobre los 7’ un muy fuerte tiro de distancia de un delantero ruso fue solventado por una estupenda estirada de Marsicano que mandó la pelota al córner. De ese mismo lanzamiento surgió un peligrosísimo golpe de cabeza de Sergey Oblivain, abajo, junto al palo izquierdo y una vez más nuestro portero respondió de muy buena forma. En un primer tiempo donde los rusos llegaron en varias oportunidades, resultó fundamental la actuación de Juan Pablo que tuvo varias tapadas espectaculares.
Pero Uruguay lentamente le encontró la vuelta al partido y comenzó también a inquietar. Promediando el primer tiempo el partido se había emparejado y los celestes dispusieron también de buenas chances. Una jugada elaborada por derecha entre “Nacho” Dávila, Chistophersen y Monroy culminó con una impresionante atajada del golero rival. Minutos más tarde, un fuerte disparo de media vuelta en el área del “Pollo” Da Costa volvió a llevar peligro. Pero la mejor jugada del primer tiempo la protagonizaron Púa y Oyenard. “Fefo” que tuvo un despliegue fenomenal quitó a pie firme una pelota y puso un genial pase en profundidad para “Marto”, éste en el día de su cumpleaños, ganó en velocidad al lateral, cuando le salió el central hizo un fantástico quiebre eludiéndolo y luego al enfrentarse al golero tiró hacia un costado. Todos en la tribuna nos levantamos a gritar el gol pero la pelota caprichosamente no quiso entrar y salió apenas desviada.
Sobre el final del primer tiempo prevalecía la celeste en el campo. Los laterales (“Caspi” Suárez jugó un muy buen partido) subían repetidamente y Uruguay sumaba gente al ataque. Los rusos apelaban a su exuberancia física y abusaban de las faltas. Oyenard y Christophersen se volvieron a juntar elaborando un buen contraataque con posibilidades de gol y frenado con falta por un defensa ruso. Eso le valió la primer amarilla al equipo blanco que apenas unos minutos después vería otro jugador observado.
El primer tiempo finalizó con score cerrado y en un atractivo encuentro, Uruguay apareció más incisivo sobre el final. Para la segunda mitad Rusia efectuó un cambio y el partido volvió a reanudarse con similares características. Ellos con mayor posesión de la pelota, pases ajustados y mucha movilidad en sus jugadores. Uruguay con personalidad y fuerza en la marca, pero también con jugadores que con técnica hacían la diferencia. Un tiro libre muy bien ejecutado por Christophersen volvió a encontrar a Espinosa ganando por alto en el área rival y haciendo lucirse al portero ruso.
A los 12’ el DT mandó a la cancha a Rodrigo Turnes, un cambio que resultaría clave para terminar de inclinar el trámite para Uruguay. En efecto, Rodrigo se prodigó al igual que sus compañeros, pero puso varios pases en profundidad para los delanteros generándose situaciones de gol para los celestes. Minutos más tarde “Pecho” Sánchez dejó claro que quería ganar el partido al realizar más cambios en ofensiva, entrando Javier Tais primero y Pablo Sasiaín luego. Pero Rusia también movía el banco e iba por el partido. Sus delanteros con velocidad y diagonales complicaban a nuestra defensa. El partido se hizo aún más entretenido que en el primer tiempo y los dos equipos cambiaban ataque por ataque.
Justamente una estupenda jugada de Rodrigo quien comenzó una electrizante carrera hacia el arco eludiendo a tres jugadores y recibiendo una falta cuando se iba expreso hacia el arco, motivó la segunda amarilla y consecuente expulsión por parte de un ruso. A partir de allí y desmintiendo aquella máxima de que un equipo uruguayo no sabe jugar contra 10 hombres, los celestes arreciaron en su ofensiva y dispusieron de más oportunidades. Una de ellas surgió luego de un cambio de frente de Turnes para Guillermo Garella y un fantástico disparo desde 30 metros de éste que el golero ruso mandó al córner en un vuelo increíble.
Rusia aún con un hombre menos no se resignaba y también atacaba aunque sin mayor peligro. Uruguay tuvo sobre el final dos nuevas chances, una corrida de Tais cuyo disparo salvó el golero y un cara a cara infartante entre Pablo Sasiaín y nuevamente el portero ruso en los descuentos. Pablo que ya se había sacado de encima a un defensa se encontró con el portero al borde del área chica y quiso eludirlo, pero éste con una agilidad asombrosa para su metro noventa de altura, se le tiró a los pies y rodaron juntos pelota, delantero y defensa. La tribuna, el banco y los jugadores celestes unánimemente nos paramos pidiendo penal pero el Juez desestimó. Analizándolo luego con frialdad, aunque la jugada fue confusa por lo rápida, parecería que el arquero tapó lícitamente la pelota antes de derribar a Pablo.
No hubo tiempo para más. El partido terminó tablas en cero. En un encuentro donde Uruguay resignó una vez más la posesión del balón y donde también en esta oportunidad el rival terminó con más faltas y tarjetas, hubo varias conclusiones claras. Quizás la primera es que vimos un partido de fútbol sumamente atractivo. Jugado en forma fuerte pero leal por parte de ambos equipos y sobre todo con jugadas de gol y peligro frecuente sobre los dos arcos, el empate pareció avaro con Uruguay.
La segunda conclusión es que en esta oportunidad el mejor jugador de la cancha fue ruso: Igor Leshchuk, el golero, lo cual deja claro que Uruguay hizo merecimientos para llevarse el triunfo. Por nuestro lado hubo actuaciones superlativas como las de Gastón Suárez, Federico Púa y Rodrigo Turnes quien cuando entró desniveló el partido. El triángulo final con Marsicano, Guerrero y Espinosa se muestra impresionantemente firme. Todo el equipo tiene una prodigación generosa, corren y van a muerte a cada pelota. En el debe, está la falta de gol, pero se generan numerosas oportunidades y tenemos muy buenos delanteros a quienes sin ninguna duda, antes o después, se les abrirá el arco.
El otro encuentro terminó con triunfo de Irlanda 1 a 0 sobre China lo cual nos obliga a ganar el último partido, para pasar a la fase por el título. China, que perdió sus dos encuentros por un gol ya está eliminada y jugará sin presión. Seguimos con las posibilidades y la fe intacta.