Como ya es habitual, Hugo Viglietti nos cuenta en esta crónica la actividad de los deportistas uruguayos en las Universíadas de Gwangju, Corea del Sur, pasando por el fútbol, handball femenino y natación.
“Muchachos hay que dejar el alma y el corazón en la cancha y transpirar sangre”. Con esas palabras terminó la arenga en el vestuario nuestro DT, previo a la salida de Uruguay al césped donde jugaría el definitorio partido del grupo contra China.
Tuvimos dos días intensos con reuniones y asambleas a nivel directriz, dos partidos seguidos de handball, Uruguay en piscina y en fútbol el último partido de la fase de grupos. Las asambleas de COSUD, Confederación Sudamericana del Deporte Universitario y de ODUPA. Organización del Deporte Universitario Panamericano, se desarrollaron dentro de lo previsto. Uruguay mantiene el cargo de Vicepresidente de COSUD y dentro de los puntos más salientes se confirmó la realización de un Torneo Panamericano con un mínimo de siete disciplinas, en Buenos Aires, Rep. Argentina. La otra novedad “curiosa” fue la propuesta que presentó Honduras en la asamblea de la Panamericana. Allí el Jefe de la Delegación del país centroamericano planteó de manera formal su intención de que Honduras, al haber ganado en los Juegos Deportivos Universitarios de Centroamérica y el Caribe, el campeonato de fútbol, tuviera un cupo en dicho deporte para la próxima Universiada. Su planteo fue respetuoso pues de entrada aclaró que reconocía los lauros de Brasil y Uruguay que siempre están en estos campeonatos, pero en definitiva enfatizó que reclamaba un lugar para su equipo. En forma también cortés pero firme, la delegación uruguaya le explicó que los cupos para las Universiadas se otorgan de manera automática a los 8 primeros de la Universiada anterior y el resto lo asignan los países anfitriones junto a FISU teniendo en cuenta argumentos de conducta e historia.
Paralelamente a estas historias en el Nambu University International Aquatics Center debutó nuestro nadador Enzo Martínez en la prueba de 100 metros libre. Puso 52” 35 y estuvo a centésimas de su mejor marca pero no pudo clasificar a las finales, al haber quedado 46 entre 72 competidores.
Pasamos al handball para contarles lo ingrato y duro que resultó el fixture para nuestras competidoras. Uruguay debutó en el día de ayer nada menos que contra Rusia, la actual vicecampeona y una de las candidatas al título. El encuentro terminó favorable a Rusia en cifras de 41 a 6, siendo Valentina García la goleadora del equipo. A menos de 24 horas, hoy el rival fue Brasil, actual selección campeona mundial. Las celestes perdieron por 32 a 11 en un partido que tuvo un primer tiempo aceptablemente parejo con buen goleo de Florencia Lachaise que fue la más destacada. En ambos partidos las goleras celestes que fueron enormemente exigidas, tuvieron actuaciones resaltables evitando numerosas conquistas rivales. Es de destacar el objetivo con que el Seleccionado de Handball femenino y también las autoridades de la Liga encararon esta participación: crecer. Competir y crecer midiéndose con equipos de valía internacional. Y para nada menor es la actitud de las chicas en la cancha. Aún perdiendo con claridad dejan todo y en cada tanto se gritan “vamos 0 a 0, arriba Uruguay”.
Un parágrafo aparte para nuestro árbitro Fernando Falce. Nuestro compatriota fue distinguido nada menos que para arbitrar el partido inaugural del campeonato, Corea del Sur vs China Taipei. Su labor como juez en ese partido que ganó Corea del Sur 3 a 1, fue reconocida y elogiada. A raíz de ello fue designado inmediatamente para arbitrar otro partido en la siguiente fecha, dirigiendo un difícil Malasia Irán que definía posiciones vitales en el grupo. Una vez más tuvo una exitosa performance a juicio del cuerpo referil que controla y analiza la labor de los jueces. Así pues nuestro árbitro internacional va muy bien perfilado en el campeonato. Nosotros le deseamos de corazón que pueda llegar a arbitrar el partido por el tercer puesto… pues queremos a la Celeste en la final.
Y llegamos así al fútbol. Gochang Stadium hora 16.30 de Corea en un día de fina pero persistente llovizna. La cancha en buena condiciones pero muy húmeda, nos hizo recordar a los canosos aquellas sabias palabras de Venancio Ramos “en cancha mojada los rápidos tenemos ventaja”… Uruguay de celeste formó con: con Juan Pablo Marsicano; Gastón Suárez, Fabián Guerrero, Rodrigo Espinosa y Guillermo Garella en defensa; Nicolás Da Costa, Federico Púa, Rodrigo Turnes e Ignacio Christophersen por el medio, y Martín Monroy junto a Ignacio D’Ávila como hombres de punta.
Mencionamos al principio de la nota la forma emotiva con que el entrenador arengó al equipo en el vestuario. Inmediatamente antes de salir al campo jugadores y cuerpo técnico formaron una rueda y abrazados cantaron a viva voz el himno. Emocionaba ver los rostros de determinación de los muchachos, dientes apretados, varios con ojos cerrados y gritando más que cantando las estrofas de nuestro himno.
El referee italiano Davide Massa dio la orden y comenzó el encuentro. Desde el vamos Uruguay salió a buscar el partido ejerciendo una marca a presión en tres cuartos de cancha y manteniendo a China contra su arco. En los primeros 15’ tuvimos varias llegadas, especialmente un desborde de Monroy con centro rastrero al área al que por poco no llegó ningún compañero. Por su lado China llegó en una oportunidad con un tiro de distancia que Marsicano envió al corner.
El tiempo fue pasando y el dominio de Uruguay se acentuaba. Enorme despliegue de los volantes de marca Púa y Da Costa, enroques frecuentes entre Turnes y Christophersen. Un gran disparo de distancia de Nico Da Costa primero y un fantástico desborde de Christophersen que fue derribado por un rival que resultó observado, fueron pautando la inminencia del gol. Ignacio Dávila ganaba permanentemente por alto y precisamente por esa vía, llegaría por fin el gol que veníamos anhelando. Una buena jugada de ataque celeste y la pelota que llega a Turnes, éste desborda por izquierda y lanza un centro impecable, quizás deberíamos decir un pase, exactamente a la cabeza de Dávila. Nacho salta entre dos defensas, los supera y cabecea por encima del golero que había quedado a mitad de camino. Gol, golazo de Uruguay, 1 a 0 y justicia con el desarrollo del juego. El juego continuó con Uruguay dominando las acciones al punto que Monroy, siempre movedizo, en el minuto 44 estuvo a punto de aumentar. Nos fuimos al descanso con un sabor dulce no solo por el resultado sino por la clara superioridad que mostraba nuestro combinado. La sensación que primaba era que disfrutaríamos con tranquilidad el segundo tiempo… pero nos equivocábamos…
La segunda mitad comenzó en los mismos términos. Uruguay proponía y China llegaba en forma muy esporádica encontrándose siempre con una defensa celeste muy sólida. Suárez y Garella por precaución no subían tanto como en otros partidos pero cerraban a cal y canto las bandas. Por el centro Guerrero y Espinosa siempre firmes y expeditivos mientras que Juan Pablo en el arco trasmitía igual seguridad. En el primer cuarto de hora Monroy primero y Dávila después, estuvieron a punto de aumentar la ventaja. Lo de Nacho fue llamativo, un delantero puede ganar una, dos, de repente tres veces por arriba; pero en este encuentro Nacho ganó permanentemente por alto. Pese a que los jugadores chinos eran también de buena estatura, Dávila ganó una y otra vez generando permanente peligro y erigiéndose en el mejor jugador de la cancha. Sobre los 65’ China logra emparejar momentáneamente las acciones y tiene algunas llegadas sobre nuestra área.
A los 75 minutos entra Martín Oyenard en el equipo celeste y una vez más los cambios dispuestos por el entrenador, le dan resultado. Como recordando aquella reflexión de Venancio, Uruguay saca un feroz contragolpe. Marto ensaya una diagonal se hace un auto pase y deja dos defensas chinos por el camino, a pura velocidad desborda y próximo a la raya lanza el siempre temido pase rastrero hacia el área. En ese momento Manteca Monroy se juega el físico y en un pique de vértigo se anticipa en el área chica a un defensa y al golero, poniendo el pie para lograr el segundo gol que desata la alegría en todos nosotros.
Para ese entonces Irlanda también se ponía 2 a 0 arriba de Rusia. Con esos resultados claros, Irlanda y Uruguay pasaban a la fase por el título y estábamos muy tranquilos. Pero el destino, que en fútbol suele ser caprichoso, nos llevaría a pasar nervios al final, para variar… Uruguay seguía siendo más. Monroy por izquierda y Oyenard por derecha estuvieron una vez más a punto de aumentar la ventaja. Pero un minuto más tarde, en una falta al borde del área celeste, se produce el primero de dos sustos: un futboler chino cuelga la pelota en un ángulo, literalmente hablando, allí donde se juntan el travesaño y el lateral y donde se forman las telarañas. Uruguay 2 China 1. Y minutos después llega la temida noticia, el segundo susto… Rusia descuenta y se pone 2 a 1. Un gol de China o un gol de Rusia y quedábamos eliminados de luchar por el título. Quedaban 7 minutos de partido.
Vale mencionar que el estado físico del plantel es excelente y en todos los partidos del grupo, además de una notable prodigación en la cancha, han mostrado llegar al final más enteros que sus rivales. Mérito sin duda a partes iguales entre la profesional gestión del Preparador Físico, Luis Salsamendi y el espíritu de sacrificio con que el plantel encaró la preparación previa, en las frías noches de invierno del Parque Roosevelt. Uruguay jugó esos 7 minutos como si recién empezara el partido.
Finalmente terminó nuestro encuentro con un más que merecido triunfo por el avaro score de 2 a 1. Pero casi no hubo festejo. Los jugadores permanecían en el campo… un grupo de 7 u 8 abrazados y con un teléfono smart en el medio con la información del partido en tiempo real minuto a minuto, de Irlanda y Rusia. Otros formaban grupos que permanecían juntos esperando y esperando. Nuestra attaché en contacto telefónico con la attaché de Irlanda lista a avisarnos… Rusia que se aproximaba al gol y nosotros que nos aproximábamos al infarto… la gente en las gradas no entendía la escena… y menos entendieron cuando 5’ después de terminar nuestro partido, los uruguayos comenzamos a saltar. Había terminado Irlanda 2 Rusia 1 y con ese resultado Irlanda clasificó primero de grupo con 7 puntos y nosotros segundos con 5 puntos. Los muchachos se abrazaban y saltaban felices. El primer objetivo se logró, Uruguay clasificó para entrar en la ronda por el título y al quedar entre los 8 primeros, ya logró la clasificación para la próxima Universiada (para tristeza de Honduras).
Ahora nos espera Corea, nada menos que el local. Pasado mañana será la difícil parada. Corea y Japón vienen desde hace varias Universiadas, siendo los equipos con más títulos y mejores posicionamientos en esta disciplina, producto de un fútbol muy veloz y potente y a la presencia de varios futbolistas de selecciones olímpicas. Pero seguramente nuestros muchachos volverán, como les pide el DT, a dejar el corazón y el alma en la cancha. Y seguramente como hoy, sudarán sangre.