La Universíada ya se puso en marcha para la selección uruguaya de fútbol universitario y en esta nota compartimos la crónica del encuentro que nos llega desde Gwangju, Corea del Sur, en la pluma del Neutral Hugo Viglietti.
Hola amigos, como en otros años, acá comenzamos la serie de entregas para compartir las vivencias de la XXVIII Universiada. Una nueva aventura que mantiene las características de siempre en nuestra gente: ilusión, ganas y compromiso. Un firme compromiso por representar a nuestro país de la mejor forma posible.
Los avances tecnológicos en las áreas de comunicación y prensa, aquí en Gwangju son formidables. Esto alivia sobremanera entonces el trabajo para estos envíos, donde básicamente intentaré trasmitirles como siempre la visión desde dentro de la delegación.
Una delegación que aparece como histórica para nuestra LUD pues a la tradicional participación en fútbol, se suman en esta oportunidad la primera representación de Uruguay en un deporte colectivo femenino, el handball. También, luego de antecedentes de esfuerzos puntuales de nadadores masculinos en otras Universiadas, en esta oportunidad gracias a la fundamental colaboración de la Federación Uruguaya de Natación, concurrimos con un plantel de nadadores de ambos sexos junto a un entrenador. Si sumamos la presencia de Fernando Falce, el compatriota Juez de Fútbol categoría FIFA que también concurre por Uruguay, estamos entonces en 52 personas, la mayor representación uruguaya en una Universiada.
Corea nos recibió con la amistad a que nos tienen acostumbrados los países asiáticos de las últimas Universiadas. Luego de un duro viaje que entre buque, ómnibus, aviones y esperas en aeropuertos insumió 51 horas, la llegada a la Villa Olímpica de Gwangju significó el inicio de una aclimatación a las 12 horas de diferencia horaria con nuestro país. Con la fuerza propia de la juventud y un estudiado trabajo de rehabilitación marcado por los Cuerpos Técnicos, ya los muchachos están en plena forma de cara al debut en cada deporte.
Pero vamos a lo nuestro, a lo que importa, a lo que vinimos, a nuestra pasión: el deporte. Y hoy comenzó el fútbol. En el Gochang Stadium, un coqueto estadio con césped natural a 50 kilómetros de Gwangju, Uruguay, que fue sorteado como visitante, debió cambiar su tradicional indumentaria celeste para el partido debut. El rival Irlanda, quien venía de obtener un meritorio 5º puesto en la anterior Universiada de Kazán se presentaba como un duro escollo inicial.
El once uruguayo formó con: Juan Pablo Marsicano en el arco; Gastón Suárez, Fabián Guerrero, Rodrigo Espinosa y Guillermo Garella en defensa; Nicolás Da Costa, Martín Courtoisie, Ignacio D’Ávila e Ignacio Christophersen como volantes, y Martín Monroy junto a Martín Oyenard como delanteros netos. El Director Técnico, Daniel “Pecho” Sánchez, quien más allá de una excelente labor profesional en lo deportivo, propia de su trayectoria, ha trabajado muy bien también el aspecto motivacional, no pudo contar para el debut con Federico “Fefo” Púa. Aquejado de un cuadro febril leve y de garganta que desarrolló en el largo viaje, el temperamental volante que venía siendo titular en los partidos de preparación quedó al margen de esta convocatoria, aunque ha mejorado notoriamente y se espera poder contar con él ya en el próximo encuentro.
El Juez Heidari Bijan de nacionalidad iraní, secundado por líneas de Corea, dio inicio el partido moviendo el equipo verde de Irlanda. Los primeros 10 minutos fueron básicamente de estudio con un ligero predominio del representativo irlandés. En el minuto 11 un buen desborde por punta izquierda de Monroy obligó a una apurada salida del espigado golero rival. A partir de allí Uruguay emparejó las acciones y dispuso de las mejores ocasiones ante una defensa que no se mostraba segura como en una escapada de “Marto” Oyenard que nuevamente salvó el portero. Irlanda con jugadores altos y fuertes apostaba al juego aéreo dando motivo a que Marsicano se luciera en nuestro arco. En efecto Juan Pablo mostró una impecable seguridad en todas las pelotas que llegaron a nuestra valla.
Con un medio campo fuerte donde prevaleció la marca de Courtoisie y Da Costa, los volantes por fuera, “los Ignacios” Dávila y Christophersen comenzaron a dañar a la defensa irlandesa que debió recurrir al juego fuerte. Justamente un magnífico desborde de Christophersen fue frenado mediante una falta violenta de un irlandés que recibió la primera tarjeta amarilla. El tiro libre al borde del área lo ejecutó el propio Ignacio con un gran remate que salvó apenas el golero isleño. En el rebote casi convierte Monroy pero la pelota salió pegada al vertical. Sobre el fin del primer tiempo Uruguay era más e insistía con velocidad obligando a la defensa verde a recurrir al juego fuerte, lo cual motivó más tarjetas amarillas para Irlanda.
Comenzado el segundo tiempo, Uruguay se mostró superior desde el vamos. Al minuto Monroy estuvo a punto de convertir con un fuerte remate que salió junto al lateral derecho. Apenas unos minutos después “Nacho” Dávila que se desdoblaba ganando por arriba en ambas áreas, recibió de Gastón Suárez y ganando una vez más de cabeza, colocó una pelota en el área chica que Monroy no pudo conectar por centímetros. Sobre los 15 minutos fue el momento de Irlanda y en una rápida jugada cuando el delantero rival iba camino al arco, Espinosa, que jugó un muy buen partido, solventó la situación a costa de recibir una tarjeta amarilla. El partido entró entonces en un equilibrio marcado por una mayor posesión de Irlanda pero con las jugadas más peligrosas a favor de nuestro equipo. Sobre los 20 minutos una vez más Christophersen, que fue el mejor jugador de la cancha, ejecutó muy bien un tiro libre que casi abrió el marcador. Minutos más tarde el golero de Irlanda, que a la postre fue su mejor figura, ahogó el grito de gol de Monroy que de cabeza finalizó una buena jugada colectiva de Uruguay.
Los laterales uruguayos Garella y Suárez subían repetidamente y también colaboraban con el ataque. Promediando el segundo tiempo nuestro técnico dispuso la entrada de Pablo Sasiaín buscando mayor profundidad y de hecho un excelente pase de Pablo habilitando a Monroy, provocó una muy buena jugada de éste que desbordó y remató al arco una pelota que fue una vez más contenida por el buen portero irlandés.
El final del encuentro, 0 a 0, mostró a Uruguay más entero y buscando con más decisión el gol que lamentablemente no llegó. Realmente fue elogiable el esfuerzo de nuestro equipo que corrió de principio a fin y que en numerosas oportunidades estuvo a punto de convertir. Las estadísticas graficaron la dureza del juego irlandés, 17 faltas contra 10 nuestras y 5 amarillas contra 2 de Uruguay. La posesión de pelota señaló 56% para Irlanda y 44% para nuestro equipo. En suma, un empate que podemos considerar justo y donde las jugadas de mayor peligro fueron para Uruguay, que se plantó muy bien con una defensa liderada por Fabián Guerrero el Capitán, un medio campo sólido y unas delantera punzante donde sólo faltó el gol.
Retornados a la Villa, se realizó hace unos minutos la ceremonia de izado de pabellón de nuestra delegación. Un simpático y emotivo evento compartido con otros cinco países, donde resaltó la alegría bulliciosa de nuestra delegación. Justo es decirlo, las chicas de handball y natación pusieron un particular toque de color y risas en la ceremonia. Ellas debutarán dentro de 2 y 3 días respectivamente. En fútbol, en el otro partido del grupo, Rusia venció 3 a 2 a China. Rusia, que saliera cuarta en la anterior Universiada, será precisamente nuestro próximo rival el domingo 5 en lo que parece a priori el encuentro más difícil de la serie. Pero tenemos fe en nuestros muchachos. El domingo les cuento. Saludos a todos.